Descubre cómo la Gran Apostasía afecta a la Iglesia y el papel profético de Monseñor Pío Espina en la defensa de la verdadera doctrina católica.
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Índice
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Introducción: La Gran Apostasía y su Evidencia Actual
- Descripción de la usurpación de la Sede de Pedro desde 1958.
- Reflexión sobre la imagen que evidencia la apostasía en el Vaticano.
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La Gran Apostasía y su Conexión con las Escrituras
- Cita de Apocalipsis 17,1-2 en latín (Vulgata Latina) y traducción al español.
- Interpretación de la profecía de la Gran Ramera como la falsa iglesia.
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Monseñor Pío Carlos Espina Leupold: Faro de la Verdad en Sudamérica
- Presentación de Monseñor Espina como defensor de la doctrina católica tradicional.
- Su labor en Brasil y Argentina para ofrecer sacramentos válidos.
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La Importancia de los Sacramentos Válidos en Tiempos de Apostasía
- Reflexión sobre los sacramentos y su rol en la salvación.
- Advertencia sobre los sacramentos inválidos administrados por la falsa iglesia.
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Un Llamado a los Fieles Católicos Verdaderos
- Invitación a buscar los sacramentos y la enseñanza verdadera en las comunidades de Monseñor Espina.
- Recomendación de orar, estudiar las Escrituras y mantenerse firmes en la fe.
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Conclusión: La Esperanza en la Verdadera Iglesia Católica
- Comparación con la época de San Atanasio y la lucha contra el arrianismo.
- Exhortación a trabajar por la restauración de la verdadera Iglesia Católica.
7. Apoie as vocações em Brasil:
Por Fray Richard Marcelo Romero Cossío, T.O.F.
Introducción:
La Gran Apostasía y su Evidencia Actual
La fotografía que presentamos no es solo una imagen, sino una evidencia clara de La Gran Apostasía que ha invadido el Vaticano desde 1958. Esta imagen ilustra cómo los pseudo-papas han usurpado la Sede de San Pedro, transformando el papado en un espectáculo mundano y despojando a la Iglesia de su auténtica autoridad. Desde Roncalli hasta Francisco, estos hombres han distorsionado lo sagrado, como lo anunciaron las Escrituras, actuando como falsos pastores que han alejado al rebaño de Cristo, marcando el inicio de la Gran Apostasía que muchos fieles hoy lamentan.
Desde el Concilio Vaticano II, La Gran Apostasía se ha manifestado en la Iglesia a través de herejías y errores doctrinales que han distorsionado el Magisterio. Esta usurpación del poder divino ha corrompido el mensaje de Cristo, permitiendo que la fe católica sea aplastada por el mundo. La fotografía no solo captura este proceso, sino que también sirve como un grito de alerta para los católicos verdaderos que buscan rescatar la pureza de la fe, tal como Monseñor Pío Espina lo ha enseñado en su lucha contra esta crisis espiritual.
Es esencial que los fieles comprendan que desde 1958, la crisis de la Iglesia ha dejado vacía la Sede de Pedro. Los hombres que la han ocupado no son guardianes de la fe, sino usurpadores que han sumido a la Iglesia en una crisis sin precedentes. La verdadera Iglesia Católica sigue viva en aquellos que, como Monseñor Pío Espina, se mantienen fieles a la tradición y al Magisterio Preconciliar. Este es un llamado urgente a rechazar a los falsos pontífices y a buscar los sacramentos válidos y la auténtica enseñanza en comunidades que defienden la fe católica verdadera.
El falso pontificado es la gran apostasía anunciada, pero la verdadera Iglesia Católica sigue en pie, como lo demuestra el fiel testimonio de Monseñor Pío Espina
«La gran apostasía» y su conexión con las Escrituras
La Sagrada Escritura nos advierte de estos tiempos de desolación. En el Apocalipsis leemos:
Segunda etapa: La Gran Tribulación
«Et venit unus de septem angelis habentibus septem phialas, et locutus est mecum, dicens: Veni, ostendam tibi damnationem meretricis magnae, quae sedet super aquas multas: cum qua fornicati sunt reges terrae, et inebriati sunt omnes qui habitant terram de vino prostitutionis eius.» (Ap 17,1-2, Vulgata Latina).
En español: «Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: Ven, te mostraré la condenación de la gran ramera, que está sentada sobre muchas aguas, con la cual fornicaron los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se embriagaron con el vino de su prostitución» (Ap 17,1-2).
Apocalipsis 17,1-2 presenta la visión de la «gran ramera», un símbolo de la falsa iglesia que ha seducido a los poderes del mundo. Desde 1958, La Gran Apostasía ha tomado forma a través de los pseudo-papas, quienes han distorsionado la verdadera fe católica y perdido la pureza de la doctrina de Cristo. Los «reyes de la tierra» representan a aquellos que, en su orgullo, han abandonado la enseñanza auténtica y se han aliado con la apostasía, abrazando las enseñanzas de la falsa iglesia.
El «vino de la prostitución» es la herejía y el error que ha contaminado a los fieles, llevándolos a una falsa espiritualidad que se aparta de la verdad. Este versículo es una advertencia urgente para los católicos verdaderos: rechazar las falsas doctrinas, despertar del engaño y regresar al Magisterio auténtico. La «gran ramera» simboliza la usurpación de la Sede de Pedro, un proceso que ha distorsionado la Iglesia y abrazado el mundo, alejándose de la doctrina inmutable de Cristo.
Es esencial resistir la tentación de La Gran Apostasía y mantenernos firmes en la verdadera fe católica, tal como lo hacen Monseñor Pío Espina y otros pastores fieles que se oponen a la corrupción de la fe y la doctrina. Este versículo nos recuerda que la verdadera Iglesia Católica es aquella que permanece fiel a las enseñanzas de Cristo y resiste las falsas ideologías del mundo. La «Iglesia moderna» no existe; solo hay una Iglesia, la única y eterna, que sigue viva a través de los obispos y sacerdotes que defienden el Depósito de la Fe.
Monseñor Pío Carlos Espina Leupold: Faro de la Verdad en Sudamérica
En medio de la confusión y la creciente Gran Apostasía que ha invadido la Iglesia Católica desde 1958, todavía existen pastores verdaderos que defienden la pureza de la doctrina católica y los sacramentos válidos. Monseñor Pío Carlos Espina Leupold, en Brasil y Argentina, se erige como uno de los pocos obispos tradicionales que se mantienen firmes en la fe católica auténtica, resistiendo las distorsiones modernas.
Monseñor Espina ha sido un baluarte contra la herejía y la desolación espiritual que caracteriza la Gran Apostasía que afecta a la Iglesia. Su fidelidad a la doctrina inmutable de la Iglesia y su rechazo a los falsos «papas» lo han convertido en un referente crucial para los católicos que buscan la verdad en tiempos de crisis. A través de él y sus sacerdotes subordinados, los fieles en Sudamérica tienen acceso a sacramentos válidos y a una enseñanza libre de las herejías impuestas por los pseudo-papas desde Roncalli.
Monseñor Espina ha enfatizado que los fieles deben buscar la confesión, la Eucaristía y el Bautismo solo de sacerdotes en comunión con la verdadera Iglesia, no con la falsa iglesia que actualmente ocupa el Vaticano. En ciudades de Brasil y Argentina, sus sacerdotes trabajan incansablemente para llevar la luz de Cristo a las almas perdidas, administrando sacramentos válidos y enseñando la verdadera fe católica, libre de las corrupciones que han tomado lugar en la Gran Apostasía.
La importancia de los Santos Sacramentos válidos
La Iglesia enseña que los sacramentos son medios necesarios para la salvación. Sin embargo, en esta era de usurpación y apostasía, muchos católicos están recibiendo sacramentos inválidos de clérigos ordenados por pseudo-obispos en comunión con la falsa iglesia. Monseñor Espina y sus sacerdotes representan un refugio seguro para aquellos que desean mantenerse fieles a Cristo y a la doctrina católica tradicional.
Los fieles deben recordar que no todas las «misas» son válidas, ni todas las «confesiones» son eficaces para el perdón de los pecados. Solo a través de sacerdotes válidamente ordenados por obispos verdaderos como Monseñor Espina, pueden los católicos estar seguros de que están recibiendo sacramentos auténticos que transmiten la gracia santificante.
Un llamado a los Fieles Católicos Verdaderos
En medio de la gran confusión y la apostasía que ha invadido la Iglesia, es urgente regresar a la verdadera fe católica. Los pseudo-papas y los errores doctrinales han alejado a muchos fieles de la verdadera enseñanza de Cristo, pero la Iglesia permanece viva en aquellos que defienden la doctrina inmutable.
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Buscar los sacramentos válidos y la enseñanza verdadera: Comunidades como las de Monseñor Pío Espina ofrecen sacramentos válidos y una enseñanza fiel a la tradición. Es crucial encontrar estos lugares para preservar la pureza de la fe y recibir la gracia divina sin contaminación doctrinal.
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Oración, estudio y firmeza en la fe: La oración constante, el estudio profundo de las Escrituras y la Tradición, y la adherencia al Catecismo preconciliar son fundamentales para resistir los errores modernos y fortalecer nuestra fe en tiempos de confusión.
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Permanecer firmes en la fe: A pesar de la persecución y la crisis actual, los católicos deben ser valientes en su testimonio público. Mantenerse firmes en la doctrina inmutable de Cristo es esencial para no ceder ante las presiones de la modernidad.
Conclusión: La Esperanza en la Verdadera Iglesia Católica
En la lucha actual por mantener la pureza de la doctrina católica, podemos mirar hacia la historia de la Iglesia y encontrar inspiración en la valentía de San Atanasio, quien defendió la fe contra el arianismo, a pesar de ser rechazado por muchos y enfrentar severa persecución. En su tiempo, gran parte del clero y muchos sacerdotes, se dejaron seducir por una falsa doctrina, pero San Atanasio permaneció firme, recordándonos que la verdadera Iglesia siempre ha enfrentado desafíos, pero ha prevalecido por la gracia de Dios.
Hoy enfrentamos una crisis sin precedentes, donde los falsos papas y la infiltración de enemigos dentro de la Iglesia han oscurecido la verdadera enseñanza católica. Sin embargo, al igual que San Atanasio, debemos mantenernos firmes en la defensa de la fe verdadera y en la restauración de la Iglesia tradicional. Este esfuerzo lo encarnan figuras como Monseñor Pío Espina, quienes defienden la pureza de la fe sin ceder ante la apostasía moderna.
Hoy más que nunca, necesitamos una renovación espiritual que nos regrese a la fuente de la doctrina inmutable de Cristo, un esfuerzo que requiere la unidad de fieles, sacerdotes y obispos verdaderos. La esperanza no está en los falsos papas ni en reformas que distorsionan la enseñanza cristiana, sino en el regreso a la Tradición y la fidelidad a la Iglesia primitiva, tal como fue recibida por San Pedro.
El camino hacia la restauración de la verdadera Iglesia Católica requiere de oración, sacrificio y esfuerzo constante. Al igual que San Atanasio, la verdadera Iglesia siempre triunfará, porque Cristo ha prometido estar con ella hasta el fin de los tiempos. Como decía San Atanasio: «Ellos tienen los edificios, pero nosotros tenemos la fe». Hoy, los verdaderos católicos debemos unirnos a los pastores legítimos como Monseñor Espina y trabajar por la restauración de la verdadera Iglesia Católica, para la gloria de Dios y la salvación de las almas.
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