Infiltración del Comunismo en el Vaticano

En un discurso público en el que actuó como representante oficial del Papa Juan Pablo II, el Cardenal Casaroli dijo que «en las relaciones con la Unión Soviética, la Iglesia Católica esperaba ofrecer
una creciente y efectiva cooperación (…) para el mayor desarrollo de la gran sociedad soviética» (“Osservatore Romano”, 6 de junio de 1988).

El comunismo en el Vaticano

El comunismo en el Vaticano

El 13 de abril de 1986, en una carta a los Obispos brasileros, Juan Pablo II declaró que “la teología de la liberación” no era solamente “deseable, sino necesaria”, consagrando, así, la naturaleza de la “Nueva Evangelización”, la cual es comunista. ¡Note que poco antes, él había pretendido sancionar al franciscano Leonard Boff, padre de la “teología de la liberación” por seis meses!

 

Infiltración de la Masonería Judia e Illuminati en el Vaticano

“Fuertes con esperanza”. El altar de Zamosciu, durante la visita de Juan Pablo II a Polonia, el 22 de junio de 1999. Nos atrevemos a decir que la forma arquitectónica de pirámide, con el “ojo mnividente” en el vértice, es de inspiración masónica.

 

masoneria en el vaticano

La Masoneria en el vaticano

La pirámide es, verdaderamente, el símbolo de los Iluminados de Baviera, quienes están en la cima de todas las logias masónicas del mundo, las que tienen como supremo objetivo el de desnaturalizar la Religión Católica para demolerla y hacerla entrar en la religión masónica universal para implementar el Gobierno Masónico Mundial. Su plan es tener su propio Papa para hacer la Revolución en la Iglesia Católica desde la cima.

La piramide en el reverso del billete de u$s 1, con el “ojo omnividente” de Lucifer, en la cima. Abajo: algunos símbolos que representan el “ojo omnividente” de la Francmasonería, o más bien, el Ojo de Lucifer. La pirámide y todos los símbolos que rodean al billete de u$s 1 simbolizan la Orden de los Iluminados de Baviera¸ fundada por Adam Weishaupt, mostrando claramente la paternidd del control monetario ejercido sobre la moneda de los E.E.U.U. Los niveles de la pirámide son 13 (símbolo de Lucifer), mientras los ladrillos mostrados en los 13 niveles son 72 (número que simboliza los 72 nombres del dios kabalístico, Lucifer).
De cualquier modo, es hecho conocido que, por intermedio de Juan Pablo II y de masones de la Alta Masonería judía de B’nai B’rith, se realizaron contactos regulares intensos y constantes.

Esto no puede sorprender si se sabe que, antes de él, Paulo VI debía su elección al pontificado a la intervención de dos miembros de la Alta Masonería de B’nai B’rith que, presentes en la sala vaticana, después de haber oído la elección a Papa del Cardenal Giuseppe Siri, amenazaron de persecución a los católicos de todo el mundo.

El 21 de noviembre de 1982, en ocasión de la visita a Palermo de Juan Pablo II, leíase en el “Giornale di Sicilia” que «Juan Pablo II recibió la bienvenida de los miembros de la comisión masónica de la Piazza del Gesù, entre los cuales estaba el masón Giuseppe Manfalarinella, en vestimenta de Soberano Gran Comendador y GranMaestre de la Orden. El automóvil blanco papal era conducido por Angelo Siino, de la Cosa Nostra».

En el libro “I Mercanti del Vaticano”, en la parte inferior de la página 70, siempre refiriéndose a la visita de Juan Pablo II a Sicilia, se lee: «como si se tratase de un “hermano”, los masones de Trinacria acogieron al Pontífice con el “triple abrazo” de la organización masónica».

La herejía modernista de Juan Pablo II, un santo o un hereje?

Juan Pablo II sostiene que el Espíritu Santo está, “de algún modo”, presente en cada una de las otras religiones, olvidando que el Espíritu Santo es una de las Tres Personas de la Santísima Trinidad, por lo que confunde el “sentimiento religioso natural” del hombre con lo que es, para la religión Cristiana, la presencia divina del Espíritu Santo en el alma de los bautizados.

Sostiene también que existen “tres religiones monoteístas”, lo que es una mistificación. (Cfr. Don Villa: “Cristia ni, musulmani, ebrei hanno lo stesso Dio? No!” Ed. Ci viltá Brescia). Juan Pablo II creó una teología personal suya; una “nueva eclesiología” que se identificaba con toda la humanidad; una “nueva noción de Revelación”, que es una simple toma de conciencia de lo “sobrenatural”, preexistente en todos desde el nacimiento… Juan Pablo II afirmó placidamente: «… de esta apertura primordial del hombre en las comparaciones con Dios nacerán las diversas religiones.

Juan Pablo II el hereje modernista

Juan Pablo II el hereje modernista

Frecuentemente, en su origen encontramos a los fundadores que realizaron, con la ayuda de Dios, una más profunda experiencia religiosa. Transmitida a los otros, tal experiencia tomó forma en la doctrina, en los ritos, en los preceptos de varias religiones». Por eso, según Juan Pablo II, Buda, Lao-Tsé, Zoroastro, Mahoma y otros, habrían sido ver daderos profetas inspirados por Dios para fundar sus falsas religiones.
Esta tesis ya fue propagada por los modernistas, los cuales, precisamente, como había denunciado el Papa San Pío X, «no niegan, por el contrario, conceden, algunos veladamente, otros abiertamente, que todas las religiones son verdaderas, en cuanto obras de genios religiosos que nosotros llamamos profetas y de los cuales Cristo fue el sumo». (Cfr. Encíclica “Pascendi”).

Juan Pablo II escribió 14 encíclicas, pero no todas sin “errores”, como la “Veritate Spledor” de espíritu individualista, naturalista, no distinguiendo más la diferencia existente entre Gracia y Orden Natural. Su “Redemptor Hominis” gira en torno del hombre así como en torno de Dios. De hecho, en ella encontramos más de 354 veces la palabra “hombre” y “humano”. El hombre… este hombre, para Juan Pablo II, es la primera vía por la cual la Iglesia debe encaminarse para cumplir su misión; el hombre, así, es la primera y fundamental vía de la Iglesia… y que los «“derechos del hombre” se tornen en todo el mundo, la base de todos los esfuerzos tendientes al bien del hombre… porque la paz depende del respeto por los inviolables derechos del hombre. Por eso, “el objetivo cuotidiano de la Iglesia es el hombre y lo será siempre de nuevo”…».

El Profesor Wigand Siebel, de Saarbrûcken, en “Beda kreis”, nº 184 de octubre de 1979, hace este análisis: «Esta encíclica no solo representa una idea ya no conciliable con la Fe Católica, sino es una herejía, porque se para las confesiones lo mismo una de otra, haciendo una inversión de ruta de la Iglesia misma. La Iglesia vuelve la espalda a Cristo y se orienta hacia el hombre, abriéndose al mundo».

Este ideal de Juan Pablo II referente al hombre es absolutamente lo contrario del programa de San Pío X: “Renovar todo en Cristo” (Instaurare omnia in Christo). El Papa Santo tenía previsto lo que acontece hoy, condenando todo en la encíclica “Pascendi Dominici gregis”, la cual define al Modernismo como la cloaca que recoge el veneno de todas las herejías, porque «intenta minar el funda mente de la Fe y destruir el Cristianismo»… La Iglesia del Vaticano II, en de ocuparse, en primer lugar, de los “derechos de Dios”, se ocupa de los “derechos del hombre”… meta que la Masonería siempre soñó y persiguió, para llegar a dictar la “religión mundial”, cimentada por la fraternidad humana. Por eso, Juan Pablo II fue desig nado un “Papa liberal”, más progresista de cuantos apare cieron. E Indro Montanelli lo “definió” como ¡“un “Papa” subvertidor!”


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